Desde 1994, se está produciendo un exceso de vertidos contaminantes en el río Ulzama y sus afluentes, que están afectando de forma grave a la calidad de las aguas y causando la muerte de la fauna acuática, que en algunos tramos casi ha desaparecido. Son delitos medioambientales.

Los vertidos provienen principalmente de la ganadería de la zona.

Somos un grupo de personas, de diferentes pueblos de las orillas de los ríos Ulzama y Arga que, tras años constatando que el departamento de Agricultura y Medio Ambiente no hace absolutamente nada para encontrar una solución, nos hemos organizado para asegurarnos de que este departamento, que tiene la obligación de proteger el medio ambiente, y lleva décadas sin hacerlo en estos valles, cumpla con su responsabilidad, y conseguir así que el río Ulzama vuelva a ser un río vivo.